El tatami tradicional

No todos los suelos en los que practicar artes marciales son iguales. De hecho, el tatami tradicional es muy diferente a los que conocemos hoy en día, realizados con técnicas muy avanzadas. Como es lógico, años atrás no tenían la tecnología de que disponemos ahora, pero lo suplían con mucho ingenio. Te parece si descubrimos cómo era?

Cómo era el tatami tradicional

El tatami tradicional se compone de una capa espesa paja de arroz. Dicha paja no se introduce seca del todo, así mantiene el proceso de fotosíntesis. Por ello se dice que este tipo de suelo ioniza el ambiente, ya que libera oxígeno.

Luego, este material se recubre con una estera suave de igusa de bambú por ambos lados. Finalmente, en los extremos se cierra con ribetes de tela negra, cuya finalidad es evitar que se deshilache.

Así es como se logra que este antiguo tatami mantenga siempre una temperatura agradable. Además, para que resulte cómodo a los practicantes, se consigue el punto de dureza perfecto para que sea duro, pero también acogedor. Ello lo ha llevado a ser muy demandado por mucha gente que lo usa para decorar y cubrir los pisos de sus casas, más allá del mundo de las artes marciales.

Normalmente, una pieza de tatami tiene un peso de 25 kilos. Es decir, es cálido, pero, además, se asienta bien. Y por si eso fuera poco, también es un excelente repelente del polvo, gracias a la igusa de bambú que lo recubre.

De esta forma, se logra que el tatami quede perfecto sobre todo tipo de superficies, ya sean suelos térmicos, piedras, maderas, etc. Es más, se llega a utilizar incluso sobre un somier en las camas de madera.

Sea como fuere, recuerda que, con el paso del tiempo, su color variará levemente a tonos amarillentos, especialmente si recibe luz del sol. Aun así, no debe pisarse con zapatos, con patas de muebles o dejarse reposar sobre suelos húmedos.

Imagen cortesía de kaeru.my