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Las palabras de los samuráis - Episodio 7

 

Shōgi y estrategia: el arte de mandar según Hosokawa Tadaoki

En el séptimo episodio de nuestra serie, exploramos una reflexión de Hosokawa Tadaoki, un señor feudal del siglo XVI, que utilizaba el juego del shōgi para enseñar a su hijo los principios del liderazgo. Con una metáfora tan sencilla como profunda, Tadaoki transmite una lección eterna sobre la importancia de cada miembro en una organización, del general hasta el último soldado.

La fuerza de un líder se revela en cómo valora a los más humildes

Hosokawa Tadaoki, hijo del funcionario del shogunato Muromachi Hosokawa Yūsai, sirvió a Nobunaga, Hideyoshi e Ieyasu tras la caída del shogunato, y fundó el clan Hosokawa de Higo. Las siguientes palabras las dirigió Tadaoki a su hijo:

«Piensa en tus subordinados como en las piezas del shōgi. Los comandantes con méritos militares son las torres y los alfiles. Los vasallos que sostienen la administración del dominio son los generales de oro y de plata. Aquellos que gestionan el trabajo diario en el campo son las lanzas y los caballos.

Por muy excelente que sea el rey, no puede ganar una batalla sin torres y alfiles que lo apoyen. Incluso si los tiene, sin los generales de oro y plata, su fuerza no puede manifestarse. Y aunque tenga todas esas piezas, sin lanzas y caballos, la organización no se mueve.

Tadaoki empleó el shōgi como metáfora para explicar el deber del gobernante. Y concluyó así:

«Pero lo más importante es cuidar los peones. Un rey que los desprecia, sin duda caerá en la ruina.

El linaje Hosokawa, fundado por Tadaoki, sigue existiendo hoy. Tal vez muchas casas samurái del periodo Sengoku desaparecieron por no haber valorado a sus peones.

En el shōgi, la pieza más débil —el peón— es también la más numerosa. Pero también es la única que puede transformarse en una figura poderosa al alcanzar el final del tablero. Hosokawa Tadaoki lo entendía perfectamente. En una época donde la guerra se ganaba tanto con estrategia como con lealtad, el verdadero líder era quien sabía reconocer el valor de los más humildes.

 
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