Leyendas ninja

A día de hoy, ha llegado un buen número de leyendas ninja que, pese a que son difíciles de creer, no dejan de resultar atractivas y llamativas. Porque estos shinobi silenciosos eran expertos en el arte de la guerra, pero totalmente indetectables, aunque ni volaban, ni desaparecían realmente. Simplemente eran maestros del sigilo.

Historias y leyendas ninja

La capacidad sigilosa que desarrollaron algunos, y su especialización en ciertas técnicas, han permitido que algún que otro ninja haya pasado a la historia como un ser prácticamente sobrenatural. Los conocemos?

Kato Danzo, el ninja volador

Lo cierto es que, ni Kato Danzo, ni ningún otro ninja, tenía la capacidad de volar. Sin embargo, este asesino que vivió en el Periodo Sengoku, dado su éxito en cada misión, gozó de fama al ser un personaje casi sobrenatural. Pero, en realidad, no dejaba de ser ilusionismo. Era muy bueno en este arte, pero no tenía poderes mágicos.

El cobarde Ninokuruwa Isuke

Perteneciente al clan Odawara Hojo, era un hombre delgado, conocido como Hueso, muy ágil y rápido. Se dice que fue perseguido por otro ninja, Ota Inunosuke, pero que logró huir tras correr 20 kilómetros y acabar montando a caballo, porque su rival era muy veloz y gran corredor también. No obstante, fue tildado de cobarde por su huida.

Isuke, avergonzado, buscó a Inunosuke y le retó a una carrera de más de 40 kilómetros. Aquí, Isuke venció, pero su rival murió debido al esfuerzo. Avergonzado, dedicó el resto de su vida a formar a otros ninjas jóvenes para no cometer sus mismos errores.

Sawamura Jinzaburo, el espía

Por último, conocemos a Sawamura Jinzaburo, el que se dice último ninja de la historia que recibió órdenes. Fue enviado a espiar a los americanos por parte del gobierno japonés, que estaba siendo obligado a abrirse al mundo exterior por orden del comodoro Matthew Perry. Así que se infiltró en un barco para obtener documentos, pero no logró nada relevante, más que uno que transcribía conversaciones entre marineros que hablaban de mujeres.

Imagen cortesía de MaxPixel