Leyendas samurái: Heshikiri, la Katana de Oda Nobunaga
Hoy vamos a dedicar nuestra entrada a otra de las famosas leyendas samurái. En este caso hablamos de Heshikiri, la Katana de Oda Nobunaga que se dice era su favorita.
Heshikiri, la Katana de Oda Nobunaga
Se cuenta que fue en la era Kamakura cuando se forjaron las mejores espadas samuráis. Entre los herreros herederos del legendario Masamune, conocidos como los Diez Discípulos, se encontraba Hasebe Kunishige, maestro que dio luz a Heshikiri.
Este sable samurái fue forjado en el año 1338, y es la obra maestra de Kunishige. Una obra de arte que hoy es un tesoro nacional.
Pasados los siglos, cayó en manos de Oda Nobunaga, quien la bautizó como Heshikiri, que la bautizó así tras una cruel anécdota. Se dice que un criado con la lengua muy larga de nombre Kannai le importunó durante la ceremonia del té. Este pobre hombre se refugió bajo una alacena de gruesa madera tras el enfado de su jefe, pero de nada sirvió, ya que Nobunaga cortó el mueble y al paje dentro en dos mitades.
Heshikiri quiere decir en japonés “corte por presión”, y de este hecho tan macabro recibió el nombre con el que ha sido conocida hasta hoy.
Es muy probable que la anécdota tenga más de ficción que de realidad. Pero no es menos cierto que Nobunaga era un gran aficionado a las artes marciales, y se convirtió en un espadachín competente, aunque sin llegar a ser un maestro.
El cortante filo de la Katana, junto con el agrio carácter de Oda Nobunaga, han dado pie a una leyenda negra que acompaña a este dúo lleno de peligros.
Tras las andanzas de Nobunaga, la espada samurái pasó por otras manos, como el lugarteniente de Hideyoshi, Kuroda Nagamasa, que la recibió supuestamente de manos de su anterior dueño en forma de gratificación por los servicios prestados.
Y así, tras siglos, cayó en manos de los tesoros nacionales japoneses, donde hoy descansa para disfrute de todos.
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