Los sables japoneses. Parte II

Recientemente realizamos una entrada en nuestro blog dedicado a los sables japoneses. Como bien decíamos, no son pocos quienes únicamente conocen la famosa Katana. Sin embargo, son muchas más las espadas que podemos encontrar procedentes del Imperio del Sol Naciente, como vemos a continuación.

Los sables japoneses

En nuestra entrada anterior centramos la atención en las clásicas Katanas, las Naginatas y el Nodachi. Veamos hoy otros filos japoneses que también resultan verdaderamente interesantes.

Sai

Curiosamente, el Sai es un arma que se considera una especie de pequeña espada o daga, aunque no tiene filo, y su origen se encuentra en las herramientas agrícolas de los campesinos japoneses.

No obstante, esta arma consta de una punta bastante aguda, y dos proyecciones laterales también puntiagudas que surgen de una empuñadura común. Y, a pesar de no poseer filo, en manos de un experto, es una herramienta muy peligrosa.

Shirasaya

Otra de las espadas japonesas más desconocidas es la Shirasaya, aunque no es propiamente un filo. Es una hoja de sable que, en realidad, es una vaina, también llamada saya, y que consta de empuñadura o tsuka. Así pues, cuando el arma no va a ser utilizada, es mejor guardarla en una de estas fundas, ya que no dañan los filos, como sí sucede con las vainas tradicionales, que, al ser lacadas en madera, retienen humedad y favorecen la corrosión.

Tachi

Vamos ahora con el Tachi. De longitud algo mayor a la Katana, y también un poco más curvado, solía ser el sable empleado por la caballería. Además, tiene el honor de ser la primera espada larga que se forjó en Japón, y se le podría considerar como el verdadero antecesor de la Katana. Fue muy usado en su día, tanto en batalla, como en actos ceremoniales, donde era portado por los samuráis de más alto rango.

En una próxima entrada conoceremos más sobre los sables japoneses, su utilidad y su historia. No te lo pierdas.

Imagen cortesía de Kakidai