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Practicar Kárate: por qué es recomendable para niños

 

Muchas personas todavía creen que las artes marciales es una forma de desfogarse por medio de técnicas agresivas. Sin embargo, practicar Kárate, por ejemplo, nada tiene que ver con la violencia. El Camino del Budo es todo lo contrario, y posee muchas ventajas para la mente infantil y adulta, como vemos a continuación.

Los beneficios para el niño de practicar Kárate

El Kárate y cualquier otra arte marcial posee una serie de ventajas muy importantes, sea cual fuere el motivo por el que se practique. Por ejemplo, como aprendizaje de defensa personal, para estar en buena forma física, para mejorar la coordinación y educación mental, etc.

Es decir, las artes marciales y el Camino del Budo no tienen como objetivo la simple pelea y la agresividad sin ton ni son. Hay un objetivo, en definitiva, que nos lleva a ser mejores, más plenos.

Así las cosas, es obvio que la práctica del Kárate infantil es primordial y puede ser una base perfecta para el correcto desarrollo del pequeño, tanto a nivel físico como mental. El chico puede completar su plenitud corporal, desarrollando una psicología integral, generosa y total.

Además, el Kárate desarrolla en los pequeños:

- Una función psicomotriz. Percibirá y entenderá mejor su cuerpo y su equilibrio. También gana en control del espacio y del tiempo, obteniendo una coordinación mental y corporal total.

- Una función social. El niño se siente más equilibrado a nivel mental, y eso se nota en su psicología y en su integración social. Por eso su desarrollo motriz va acorde con su mejora física, y con su capacidad para socializar con todo tipo de individuos.

Además, el Kárate bien entendido reduce la agresividad del niño, especialmente si se comienza pronto. Aunque no hay una edad ideal y en todo momento se puede probar su práctica, los 4 años sería un buen momento para arrancar, según los médicos y psicólogos especialistas.

Imagen cortesía de AnnaKovalchuk

 
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